♥ ASPIRANTADO
A través de los aspirantados o centros de orientación vocacional, acogemos a las jóvenes con inquietud vocacional para favorecer su respuesta al proyecto de Dios sobre ellas. Se crean estos centros con el fin de ayudar en el discernimiento a las jóvenes, que presentan deseo de conocer la vocación consagrada concepcionista.
Son comunidades que se proponen ayudar a adolescentes y jóvenes en la maduración de su elección vocacional y se comprometen a que la orientación vocacional sea un itinerario educativo, mediante una experiencia de fe y apostolado. A tal fin las comunidades ofrecen personas, ambientes y medios adecuados. La modalidad del aspirantado puede ser diversa y no pierde contacto con la familia a quien visita.
♥ POSTULANTADO
El postulantado es una etapa previa al noviciado. En él la postulante es iniciada en una formación humana, cultural, espiritual, pastoral y teológica, poniendo cuidado en armonizar estos aspectos. Es un tiempo de conocimiento mutuo entre la postulante y la Congregación.La duración es entre seis meses y dos años.
La finalidad de esta etapa es propiciar los elementos fundamentales para el discernimiento de sus motivaciones vocacionales, el conocimiento de sí misma, en apertura y docilidad al Espíritu y sus formadoras.
♥ NOVICIADO
El noviciado es una etapa de interiorización y profundización del propio camino formativo según el carisma concepcionista. Es un tiempo de iniciación integral al género de vida que el Hijo de Dios asumió y que Él nos propone en el Evangelio.
Las novicias tienen necesidad de ejercitarse en la práctica de la oración prolongada, de la soledad y del silencio. Por eso el tiempo y el lugar del noviciado se organizan de manera que puedan encontrar en él un clima propicio para un arraigo en profundidad en la vida con Cristo.
La duración de esta etapa es de dos años. El primer año es llamado canónico y se hace en la casa noviciado. El segundo es apostólico y lo puede realizar en otra casa de la Congregación. Al final de este proceso, la novicia se consagra mediante la
profesión temporal pública de los votos de castidad, pobreza y obediencia vividos en comunidad.
♥ JUNIORADO
Es una etapa de profundización y de maduración de la vocación. Se trata de un periodo largo en el que el seguimiento de Cristo, abre a la joven religiosa a dos procesos fundamentales: la personalización integral del carisma y la extensión de la nueva identidad a todas las áreas de la personalidad.
Todo el periodo de juniorado es una etapa fundamentalmente formativa. La actividad apostólica se organiza de modo que la juniora tenga tiempo suficiente para continuar su formación religiosa.
Los dos primeros años se realizan en la casa juniorado, dedicados fundamentalmente a la formación teológica y pastoral. Los años siguientes, la juniora continúa su formación y puede ampliar su capacitación profesional en otra casa de la Congregación. Al finalizar el periodo del Juniorado la religiosa emite la
Profesión perpetua de los votos de castidad, pobreza y obediencia vividos en comunidad.
♥ FORMACIÓN PERMANENTE
Con el Juniorado no termina la formación, pues la configuración con Cristo es tarea de toda la vida. La exigencia de la formación no acaba nunca y, por tanto, la formación inicial se engarza con la formación permanente. Esta no se lleva a cabo sólo con actividades aisladas, sino que es un proceso de vida en que todos los aspectos de la vida consagrada, así como los acontecimientos, encuentros y hasta las más pequeñas vivencias cotidianas actúan como mediaciones en la formación.
La Congregación elabora las líneas esenciales del Programa de Formación, de modo que lleve a una continuidad y coherencia entre el proceso de formación y las actitudes de vida. El Programa de Formación trata de armonizar las dimensiones humana, espiritual, carismática y profesional.